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Una madre una trabajadora.





Existen momentos en que los astros se congregan y hacen que coincidan en el calendario dos fechas que tiene juntas un denominador común.

Hoy 1 de mayo  día del trabajador, igualmente al  ser el primer domingo de mayo celebramos el día de la madre.

Y es aquí donde quiero llegar, al significado común que estas dos palabras comparten Trabajo-Madre.

Porque ser madre significa trabajar sin descanso para realizar  la gran labor de amar, cuidar, proteger y educar.



Una madre es esa mujer que no tiene horarios, que da,  sin esperar nada a cambio, bueno si la verdad que como madre lo único que espero a cambio es esa sonrisa que solo un hijo sabe darte. Es esa mujer en la que nos miramos mientras crecemos y a la que entendemos o no dependiendo la etapa de la vida en la que nos encontremos.



Yo tengo el placer de ser madre e hija al mismo tiempo. Las mariposas que ya sois madres me entenderéis cuando digo que llegado ese momento nos damos cuenta del verdadero papel que nuestra madre hizo con nosotras. Nos damos cuenta de todo lo que por nosotras han hecho y muchas (las que aún están con nosotras) siguen haciendo.
Mamá es una de los léxicos más importante en el vocabulario de una persona. Es una de las primeras palabras que aprendemos a decir y una de las que más repetimos a lo largo de nuestra vida, y aunque no por experiencia propia, la que más nos duele dejar de decir.


Una madre es esa persona que siempre camina a nuestro lado, ella conoce mejor que nadie nuestros defectos y nuestras virtudes y es que ella desde que somos unos bebes, nos observa en silencio, nos estudia y dedica su vida a entendernos, sin embargo en ocasiones ¡Es muy complicado!
Ella sabe con solo mirarnos si todo va bien y es la persona que de verdad se alegra de nuestro éxito y sufre con nuestros fracasos.




Una madre es el apoyo que necesitamos para evolucionar, es esa persona que no nos debería de faltar nunca, ella nos ayudó a dar los primeros de muchos pasos en la vida y es el remanso de paz al que acudimos cuando tenemos la sensación de que todo nuestro mundo se tambalea.

Yo, cómo mariposas hija, soy un desastre, lo reconozco, descuidada y dando por hecho que ella sabe que la quiero. Pero ahora cómo madre sé lo que esa palabra escuchada de labios de un hijo colma y reconforta.

Gracias a mi madre estoy criando a mis dos hijas, ya que ella me ayuda cómo una madre sabe hacer, estando a mi lado siempre y cuando la necesito, dándome el espacio suficiente para que me desenvuelva y me desarrolle en esta  gran faceta, pero como siempre pendiente de cubrir cualquier necesidad. Y es que esa es la función de una madre, estar pendiente de las necesidades de nuestros hijos.

Como mariposa madre no soy quien para decir si  soy la mejor, solo que intento hacerlo lo mejor que sé y por supuesto en el intento no dejo el rectificar y aprender para poder ser para mis hijas cómo poco lo que mi madre fue para mí.


Pero sí que es cierto que es mi obra más importante, la labor que ocupa el 95% de mi tiempo. Que una es madre desde que abre los ojos hasta que los cierra y aunque sea una labor muy sacrificada es la labor que con más gusto se hace.
Por muchos años que viva no olvidare el sentimiento que lleno mi vida en las dos ocasiones en las que pude por primera vez tener a mis hijas en brazos. En ese momento di por bueno todo mal momento y por supuesto, cada vez que una de mis hijas me dice te quiero o me regala un súper abrazo recibo la gran recompensa.


No existe mejor recompensa que un beso, un abrazo o un te quiero lo único  que una madre necesita, para ser feliz. Y si un hijo es feliz, una madre lo será siempre.

Deseo de corazón que todas las mamas mariposas, hoy tengáis esa recompensa de vuestros retoños, ese beso acompañado de un abrazo y un te quiero de esos que tienen el poder de tocar vuestro  corazón.

Yo como hija prometo hacerlo, y como madre estoy segura de recibirlo.

El regalo más grande del mundo es ver crecer a nuestros hijos.

Y aunque todos los días son el día de la madre, ya que hasta las que tuvieron la desgracia de perder la siguen recordándola cada día, dediquemos el día de hoy a ellas.  A decirles Te quiero, abrazarlas y hacerlas sentir por un día el centro del universo.

Porque aunque todas las mariposas no sean madres, existe una cosa que si tenemos en común.
Todas somos hijas, y eso nos lleva a la conclusión que sin una madre no cabe la posibilidad de existir.
Una madre es  el principio de todo. El primer regalo que con inmensa generosidad no ofrece es un regalo que se llama VIDA.

Felicidades a todas las madres del mundo, porque ellas son el claro ejemplo de la generosidad humana, de la superación y del significado de la palabra amor.






Gracias como siempre por vuestra visita, espero con ilusión ese comentario que me hace saber que os gusta leer lo que os cuento. El blog y yo os alimentamos de ello.










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