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VUELTA A LA CIVILIZACIÓN DE UNA MADRE EN APUROS.



Hola, mariposas las que me conocéis ya sabéis que soy un culo inquieto como diría mi abuelo y que mi pasión por contar cosas fue la que me llevo a escribir.
Pues bien hoy nace este espacio al que llamaré con Ca de Chary Ca. En el me asomaré cuando tenga algo que contaros y por su puesto espero que os divirtáis leyendo y que también sirva para que dejéis vuestros comentarios con lo que opinas de lo que se diga.
Hoy como no podía ser de otra forma, el espacio será inaugurado con la siguiente entrada.

LA VUELTA A LA CIVILIZACIÓN.


  Parte de la población anda a estas alturas del mes de agosto con lo que los entendidos vienen a llamar el estrés posvacacional. Pues bien aquí la señora Ca lo que tiene es ESTRÉS VUELTA A CASA.  Sí como lo leéis, porque la sola idea de volver a la civilización me crea angustia y si no, que venga una SUPERNANI y me diga a mí como lo hago yo con mis pequeñas salvajes (dícese de mis dos hijas). Ellas llevan dos meses como niñas en la selva. Viviendo en el campo sin barreras, todo el día en braguitas, descalzas y yo me atrevería a decir casi hasta sin peinar. Sin normas, sin horarios y como guinda del pastel al abrigo de sus abuelos.

Sé que ahora entenderéis mi estrés, como demonios hago yo  para conseguir poner barreras al campo, salir exitosa de la operación de que las fierecillas se metan dentro de sus vestidos calcen sus sandalias y recojan sus melenas. Sin olvidar añadir a eso que ya no están al abrigo del brazo abueril y que comienzan las normas, horarios y todo ese paquete tedioso que conlleva el día a día o tan conocida rutina. Veis solo de pensarlo y escribirlo ya me produce taquicardia. “Respira Ca, respira tú podrás con ello”. Imagino que como cada año será cuestión de pelear para poder conseguir que estas fierecillas salvajes puedan en la medida de lo posible volver a ser unas encantadoras señoritas de ciudad.

Se me ocurre que puedo tirar de manual y buscar en los libros la fórmula mágica para conseguirlo, pero además de que soy consciente de que no existe tal formula me gusta más la opinión de mis señoras M (llámese a mis señoras mariposas) que siempre tienen algo que decir. Por ello y para que esta entrada no quede solo para un mero desahogo mío os insto a que me comentéis que hacéis vosotras para solucionar este problemón que se presenta siempre que una familia regresa de las amadas vacaciones.





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